30 abr 2014

Miley Cyrus: de niña modelo a joven transgresora

La fama y el dinero por encima de los valores éticos y morales.


La vida de escándalos de la cantante Destiny Hope Cyrus, conocida como Miley Cyrus, es uno de los casos de los niños y niñas estrellas que han surgido en los últimos años. Toda esta rebeldía e irreverencia, de cierta forma está orquestada por sus productores con el objetivo de aumentar sus ventas.

Miley Cyrus empezó a tener fama mundial cuando interpretó el papel de Miley Steward en la exitosa serie de Walt Disney, “Hannah Montana”. En 2007 empezó su carrera solo gravando el disco “Meet Miley Cyrus”. En 2008, lanzó su segundo CD que se llamó Breakout. En 2010 lanzó su tercero álbum “Can’t be tamed”. En 2013, lanzó “We can’t stop”, su primer sencillo de su cuarto álbum “Bangerz”, así como “Wrecking ball” que fue su primer sencillo en alcanzar el puesto número uno en lista Billboard Hot 100.

Miley Cyrus dejó a todos los televidentes estupefactos cuando frotó su trasero contra los genitales del cantante Robin Thicke durante su presentación en la gala de los MTV Video Music Awards de 2014. Después de esta fatídica noche, vino una serie de presentaciones esperpénticas, donde con el afán de aumentar sus fans y sus ventas, lamió martillos de forma provocativa, hizo cantar sus partes genitales, y otras actitudes de la misma índole.

Es triste ver el futuro de gran parte de estos niños estrellas, como es el caso de Britney Spears, Lindsay Lohan, Zac Efron, etc. ¿Dónde están los límites en todo esto? ¿Será que la ley del “todo vale” es un modelo de negocio adecuado para esta nueva generación de niños y niñas estrellas?

El mundo de la música es muy engañoso, ya que solamente vemos el artista que se luce en el palco pero no vemos los entresijos que están detrás de las cortinas. Es vergonzoso ver como se instrumentaliza estas jóvenes estrellas, para que puedan continuamente generar polémicas y escándalos, tanto dentro como fuera de los palcos, destrozando sus vidas, para alcanzar más notoriedad en la televisión, en la prensa, en las redes sociales, y así poder mantenerse siempre en la cresta de la ola, aumentar su público y alcanzar más ventas. 

Miley Cyrus no está exenta de culpa, porque ella está siguiendo voluntariamente el plan de estrategia que sus productores le dictan. Los cantantes deben de tener conciencia de que sirven de patrón para millones de jóvenes. Sus actitudes marcarán en gran medida las actitudes de sus fans.

Vemos como en este modelo de negocio, la fama y el dinero están por encima de los valores éticos y morales. Es la escala de valores invertida, que está completamente equivocada y que tienen consecuencias nefastas y eternas (1 Tim. 6:10). Las personas de influencia tienen más responsabilidades delante de Dios porque son modelos para los jóvenes.

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