30 abr 2014

El equipo Hoyt: una historia de superación

Historia de superación de un hijo parapléjico y un padre que corren maratones y triatlones


Rick Hoyt tubo una parálisis cerebral al momento de nacer por falta de oxígeno en el cerebro ya que su cordón umbilical se enredó alrededor de su cuello ocasionando una discapacidad.

Los médicos dijeron que Rick se quedaría para el resto de su vida en un estado vegetal. Gracias a que sus padres ignoraron el diagnóstico de los médicos que indicaba que Rick quedaría en estado vegetal, y a los ingenieros de la Universidad Tufts, percibieron que su sentido del humor indicaba inteligencia.  A la edad de 12 años Rick aprendió a usar un ordenador para comunicarse usando movimientos de su cabeza. Sus primeras palabras fueron “¡Vamos Bruins! así su familia entendió que a él le encantaba los deportes.

Su primera carrera fue en 1977, una carrera benéfica de 5 millas para conseguir fondos para un jugador de lacrosse lesionado que fue compañero de escuela de Rick. Dick empujó a Rick en la silla de ruedas durante todo el trayecto de las 5 millas. Aquella noche, Rick dijo a su padre: “Padre, cuando estoy corriendo, siento que no soy un discapacitado”. Esta fue la primera de más de 1000 carreras que ambos (padre e hijo) han participado: maratones, duatlones y triatlones (y 6 de ellas fueron competiciones de Ironman).

Para los triatlones, cuando Dick va en bicicleta, Rick está en un asiento especial sujeto al frente de la misma. Cuando Dick nada, Rick está en una pequeña y pesada balsa que es empujada por Dick.

Dick comenta que “Rick es el que me inspira y motiva por la manera en que ama competir y los deportes”. Rick contesta diciendo: “Mi padre es mi modelo a seguir. Una vez que se decide a hacer algo, hace lo posible por lograrlo, no importa que sea. Por ejemplo, cuando decidimos participar en un triatlón, papá entrenó, hasta 5 horas al día, 5 veces a la semana, incluso cuando estaba trabajando”.

En 1993, Rick se graduó en educación especial en la Universidad de Boston. Actualmente, ambos se dedican a dar charlas motivacionales y a competir en las carreras los fines de semana.

Como regalo de día del padre, Rick invitó a Dick a cenar y dijo que lo que realmente quería darle era un regalo que nunca podrá comprar: “La cosa que más quiero en el mundo es que mi padre se siente en mi silla y que yo lo empuje aunque sea una vez”.

Dick y Rick son grandes ejemplos de superación. Rick ha mostrado al mundo que la ilusión que tiene es más grande que su discapacidad. Que no debemos bajar los brazos ante las adversidades. Dick nos ha enseñado que el amor que un padre puede tener hacia su hijo, puede llegar hasta límites insospechables.


Pero la más grande demostración de amor que hubo en la historia del universo, fue cuando el Creador del universo (Jn. 1:3; Col. 1:16), el Rey de reyes y Señor de señores (Ap. 17:14), vino a la tierra y murió en lugar de la humanidad, pagando así el precio del pecado, la muerte eterna.

Miley Cyrus: de niña modelo a joven transgresora

La fama y el dinero por encima de los valores éticos y morales.


La vida de escándalos de la cantante Destiny Hope Cyrus, conocida como Miley Cyrus, es uno de los casos de los niños y niñas estrellas que han surgido en los últimos años. Toda esta rebeldía e irreverencia, de cierta forma está orquestada por sus productores con el objetivo de aumentar sus ventas.

Miley Cyrus empezó a tener fama mundial cuando interpretó el papel de Miley Steward en la exitosa serie de Walt Disney, “Hannah Montana”. En 2007 empezó su carrera solo gravando el disco “Meet Miley Cyrus”. En 2008, lanzó su segundo CD que se llamó Breakout. En 2010 lanzó su tercero álbum “Can’t be tamed”. En 2013, lanzó “We can’t stop”, su primer sencillo de su cuarto álbum “Bangerz”, así como “Wrecking ball” que fue su primer sencillo en alcanzar el puesto número uno en lista Billboard Hot 100.

Miley Cyrus dejó a todos los televidentes estupefactos cuando frotó su trasero contra los genitales del cantante Robin Thicke durante su presentación en la gala de los MTV Video Music Awards de 2014. Después de esta fatídica noche, vino una serie de presentaciones esperpénticas, donde con el afán de aumentar sus fans y sus ventas, lamió martillos de forma provocativa, hizo cantar sus partes genitales, y otras actitudes de la misma índole.

Es triste ver el futuro de gran parte de estos niños estrellas, como es el caso de Britney Spears, Lindsay Lohan, Zac Efron, etc. ¿Dónde están los límites en todo esto? ¿Será que la ley del “todo vale” es un modelo de negocio adecuado para esta nueva generación de niños y niñas estrellas?

El mundo de la música es muy engañoso, ya que solamente vemos el artista que se luce en el palco pero no vemos los entresijos que están detrás de las cortinas. Es vergonzoso ver como se instrumentaliza estas jóvenes estrellas, para que puedan continuamente generar polémicas y escándalos, tanto dentro como fuera de los palcos, destrozando sus vidas, para alcanzar más notoriedad en la televisión, en la prensa, en las redes sociales, y así poder mantenerse siempre en la cresta de la ola, aumentar su público y alcanzar más ventas. 

Miley Cyrus no está exenta de culpa, porque ella está siguiendo voluntariamente el plan de estrategia que sus productores le dictan. Los cantantes deben de tener conciencia de que sirven de patrón para millones de jóvenes. Sus actitudes marcarán en gran medida las actitudes de sus fans.

Vemos como en este modelo de negocio, la fama y el dinero están por encima de los valores éticos y morales. Es la escala de valores invertida, que está completamente equivocada y que tienen consecuencias nefastas y eternas (1 Tim. 6:10). Las personas de influencia tienen más responsabilidades delante de Dios porque son modelos para los jóvenes.